Las redes sociales abruman con información relacionada a la pandemia mundial. De pronto La Hora Del Planeta apareció como un respiro dentro de la complicada situación que vivimos. Es motivador pensar que por 60 minutos se reemplazó la impotencia por la gratificante sensación de sentirnos útiles aportando a la vida de la Tierra.
¿Cómo lo celebré yo? En casa, junto a mi familia y con las luces apagadas.
La idea de apagar las luces por una hora nació en 2007, cuando Sidney fue el escenario del primer gesto simbólico para encender la alarma del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Esta iniciativa de la organización no gubernamental World Wide Fund for Nature (WWF) se ha replicado a lo largo de todos estos años, pero ahora, en marzo de 2020, alcanzó una significación superlativa.
Podría pensarse que después de este apagón convencional seguiremos como siempre, olvidando la emoción momentánea de ver quitar la luminosidad a miles de monumentos, edificios, íconos, empresas, hogares hasta el próximo año. Sin embargo, lo primero que se me viene a la mente es un no rotundo, pues en verdad lo que se logró con esta oscuridad voluntaria es hinchar por un momento los pulmones de la naturaleza y eso, generado desde nuestra individualidad, ya dice bastante, en tanto que se pasó a la acción a partir de la reflexión de que no va más el actuar como lo veníamos haciendo.
La incertidumbre que estamos experimentado en estos días no puede tener otro efecto que concienciarnos como individuos, pero también como empresas, que, de no hacerlo, podríamos volver a afectar a la naturaleza y, consecuentemente, podríamos volver a desencadenar otra catástrofe. Quedémonos con la certeza de que esta vivencia marca un antes y un después.
Nada volverá a ser lo mismo, cambiará la forma de trabajar, de estudiar, de producir. Habrá más entendimiento sobre los controles que debemos tener, surgirán mejores acuerdos a favor de la vida, quizá estemos más comprometidos, asumiendo, como dice la WWF, que la salud de las personas está “directamente ligada con la salud de la Tierra”.
Mientras tanto, mantengamos encendidas las linternas lanzando en señal morse la esperanzadora consigna “Apaga la luz. Todo irá bien”.
«El éxito de esta Hora del Planeta es un testimonio del espíritu humano y el poder colectivo. En un momento donde enfrentamos un desafío sin precedentes ante el COVID-19, la necesidad de unirse y hacer oír nuestra voz para vivir en armonía con el planeta, nunca ha sido mayor.” pic.twitter.com/CLvMMbCiYn
— WWF Latinoamérica (@WWF_LAC) March 30, 2020