Por: Luis Romano
La escasez de agua en algunas zonas del planeta puede dificultar o retrasar la extracción de algunos recursos naturales como los metales raros o el cobre, materiales imprescindibles actualmente en la tecnología, ha explicado el escritor e investigador francés Guillaume Pitron.
Ya hay lugares, como en Chile, donde un tribunal ordenó hace unos meses a una empresa minera en Antofagasta, capital de la provincia y región homónima, suspender la extracción de cobre ante la sequía que afrontan algunas zonas del país sudamericano, ha indicado Pitron en una entrevista con EFE antes de la presentación en Madrid de la versión en español de su libro “La guerra de los metales raros: la cara oculta de la transición energética y digital” (Ediciones Península).
Ante la actual crisis por los precios de la electricidad en Europa y la presencia de la tecnología en todos los ámbitos de la vida diaria, el libro de Pitron (París, 1980) clarifica la procedencia de la mayoría de los metales con los que se fabrican productos que utiliza cualquier persona, desde un teléfono móvil hasta el más sofisticado instrumental médico, pasando por baterías para automóviles, bombillas o mecanismos para los electrodomésticos, entre otros.
Ha explicado que “en Chile el mayor problema para la minería es el agua sobre todo”, porque las extracciones se hacen en zonas desérticas, y ha añadido que “en la mina de Chuquicamata (la más grande del mundo situada en la región de Antofagasta en el norte) se puede consumir hasta 2.000 litros de agua por segundo para refinar el mineral de cobre”.
Normativas más blandas y que no se cumplen
En la tecnología “el cobre es imprescindible y en los próximos 30 años se va a consumir más cobre que lo que ha consumido la humanidad desde un principio. La transición ecológica representa una parte muy pequeña de ese consumo, pero no frena el extractivismo”, una situación de la que poco se habla, ha aseverado.
Por lo general, esos metales se extraen en países en vías de desarrollo “donde las normativas son menores que las de los países desarrollados y se respetan menos, es ahí donde pagan el precio” del extractivismo.
En este sentido, plantea dos formas de obtener estos metales fundamentales para la industria tecnología: La primera es “lo que intenta hacer Europa, que es aplicar estándares a través de obligaciones de diligencia para asegurarse de la proveniencia ética de los minerales”, según Pitron, son obligaciones “cada vez más fuertes”, que cada vez tienen más peso en el derecho europeo y nacional, “es una verdad sobre todo en Francia”.
Es necesario asegurarse de que los minerales se han extraído en condiciones que “sean respetuosas con el hombre y el medio ambiente” y en los distintos países se debe verificar que “desde un inicio de la cadena de valor” los proveedores “respetan los más altos estándares mundiales” ya sea en China, Congo o Bolivia. “Es una forma de actuar obligando a los países a actuar conforme a nuestras normas”.
Fuente: EFE